Valoración: 🍺🍺🍺🍺
Leído de una sentada, entiendo que lo que me pasa a mí con este siciliano, bueno con el autor y con su comisario, es gula, es necesidad. Es ese recreo que te desintoxica y que, además, cuando lo coges no lo puedes dejar. Andrea Camilleri es para mí el Alejandro Dumas o el Conan Doyle de este entresiglo y primer cuarto. Sus novelas son un poderoso vendaval de aire fresco, lleno de luz y mediterráneo, de olores y sabores, en los que la aventura no está reñida con la crítica ni con el sentido del humor. Rotundo, sin concesiones, a vuelta de todo, volvemos a engancharnos y comernos las uñas con est entrega, creo que la penúltima, por desgracia, de ese Montalbano que es, en buena medida, uno de los mayores exponentes del “buen” género policíaco.
