Una lectura muy recomendable y fresca, no exenta de una buena dosis de existencialismo.
Lo cierto es que me he divertido mucho leyéndola y con el humor, en ocasiones sutil, en ocasiones negro pero siempre bien traído, del protagonista de esta novela epistolar, con una forma que, si bien se ha cultivado a lo largo de la historia, la epistolar, se actualiza a la bandeja del correo electrónico, para mayor disfrute de las últimas generaciones.
Los tonos del lenguaje, las paradojas, y el hilo conductor la hacen muy amena y recomendable. Una buena lectura para estas tardes de estío. Una buena lectura para desconectar y disfrutar con este personaje peculiar y sus peripecias.
